viernes, 27 de enero de 2017

Lectura para entretener, Shangri-La, La cruz bajo la Antártida.


Una novela de intriga y ficción histórica.


Shangri-La, La cruz bajo la Antártida, de Julio Murillo.
Sinopsis.

Evitaré hablarle en acertijos. De modo accidental descubrí un terrible secreto. Al hacerlo firmé mi sentencia de muerte, pero logré burlarla hace seis años. Desde entonces me limito a huir, a ocultarme y a intentar comprender lo que tengo entre manos. En dos ocasiones me he atrevido a deslizar pequeños fragmentos de este asunto en oídos que me parecían fiables. Y lo he pagado caro… El precio que le exijo a usted, lector, si es que acepta conocer mi historia, se llama confianza. Necesito tener la certeza de que llegará hasta el final, de que se arriesgará conmigo. Después, deberá ser usted quien decida revelar mi existencia al resto de lectores o, por el contrario, silenciarme para siempre.



Si eres de los que te gustan los misterios sobre la Segunda Guerra Mundial, y en específico en donde se habla sobre la muerte de Hitler, en esta lectura lo encontrarás. En esta historia Hitler y Eva realmente no murieron, lo interesante es saber cómo lograron montar todo para aparentar lo contrario, asi como tambien saber cual era la finalidad de todo este engaño, y también ver los actos atroces que fueron capaces de realizar para mantener esta historia a través de los años.



Una lectura ligera, entretenida y con un final interesante.



Fragmentos de la novela.



''Esa foto era imposible
Una verdadera locura
La peor de todas las pesadillas imaginables
— ¡Tiene que ser una jodida broma! — murmuró Darden inquieto
No cabía la más mínima duda
Ella era Eva Braun. Él, Adolf Hitler''

— Me parece bien. Es lo que procede, pero si resulta ser auténtica The Guardian habrá reescrito la historia del siglo XX -advirtió el periodista.

Sólo Goebbels y su esposa, Marta, conocían el plan. Su idolatría por Hitler era absoluta. Para ellos era un dios. Y accedieron, con su sacrificio, a contribuir al engaño. Eran miembros de la Logia Luminosa, Última Thule.

Nos cubrimos con todo lo que teníamos a mano, buscando mantener el calor. El agotamiento nos vencía, pero apenas pudimos dormir. Abrimos los ojos en innumerables ocasiones. Y al encontrarnos en nuestras miradas, tanto ella como yo entendíamos que no estábamos solos. La muerte viajaba con nosotros, como una presencia invisible pero real.

las horas que pasaron hasta la tarde del día 30 nos dejaron exhaustos -rememoró abstraído-. Gerald se había quedado sin cigarrillos, no paraba de ir de un lado a otro, mirando el reloj cada cinco minutos. Yo me enfrentaba a un dilema terrible, se lo aseguro. Cumplir esas órdenes significaba mancharse las manos con sangre inocente.
























Espero que este libro les llame la atención  y puedas añadir algún comentario.

También los invito a seguir mi blog
http://detodounpocomexpreso.blogspot.mx/

En el cual voy poniendo los libros, poemas y relatos que voy terminando de leer., así que hasta luego y gracias.



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